miércoles, 13 de octubre de 2010

Antichrist (Anticristo), de Lars Von Trier

Un día, mientras mujer y hombre se entregan con vehemencia a la embriaguez del amor, el pequeño hijo de ambos logra escapar de su cuna y trepa por el alféizar de una ventana en el segundo piso. Resbala, cae, y con ello terminará su breve existencia sin que sus padres se den cuenta. Días después ella está sumida en una honda depresión de culpabilidad, que intentará sobrellevar con abundantes dosis de fármacos. Él, nada contento con esa idea, la convence de sobrellevar el dolor de la pérdida mediante una serie de ejercicios psiquiátricos, impartidos por él mismo, que comenzarán a desvelar un oscuro resentimiento en su mujer, a punto de desbarrancarse en un peligroso abismo de locura.

Deciden pasar algunos días en una cabaña en el bosque para que ella pueda enfrentar y superar sus miedos, y así logre recuperar las ganas de vivir. Sin embargo, el propio bosque circundante parece ir despertando poco a poco sus instintos más salvajes. Allí también se descubrirá que en algún momento se aventuró en una tesis de investigación de incontables casos de brujería y tortura femenina durante la época medieval, y que inexplicablemente abandonó porque de pronto ya no le pareció tan importante como antes. Sin embargo, un poco por ello, un poco por la culpabilidad y un poco para socavar la arrogancia intelectual de su esposo psiquiatra, se sumerge cada vez más en una especie de reivindicación de la maldad femenina, de tal suerte que él se convertirá en el receptáculo de su cada vez más densa locura, eso al menos hasta que las cosas alcancen una sima llena de sexo, culpabilidad, dolor y violencia brutal.

Con Antichrist (2009), Lars Von Trier hace entrega de una película sin la menor concesión para el espectador, ya que lo mismo podremos encontrar opiniones que execren la tortura visual a la que somete su film, como aquellas otras que ensalzan su innegable genialidad; y es que la mezcla de ambiente inquietante, fotografía en varios ritmos, sexo explícito y violencia aterradora, provocan una profunda incomodidad en el más imperturbable, lo cual quedó demostrado el mismo día de su presentación en el Festival de Cannes de 2009. Pero más allá de eso, Antichrist (que el propio director danés confesó que fue como una "válvula de escape" para una depresión personal) resultará una pieza bastante difícil de olvidar, en especial por la manera de sumergirse en las regiones más sombrías de la mente humana. Grandes las actuaciones de Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe, los únicos actores del film junto con el pequeño Storm Acheche Sahlstrøm. Grande Lars Von Trier, aunque su estatura sigue creciendo sin parar desde sus inicios con El elemento del crimen. Una perspectiva casi inconcebible dentro del cine contemporáneo.