lunes, 25 de abril de 2011

Los chicos están bien (The Kids Are All Right, 2010), de Lisa Cholodenko



Nic (Annette Bening) y Jules (Julianne Moore) son un par de lesbianas que están completamente establecidas desde hace casi dos décadas como una familia "normal", sin bien ambas son un tanto conservadoras. Nic es la sostén del hogar gracias a su profesión de ginecóloga; mientras que Jules funge más bien como una ama de casa que ha tenido ciertos "proyectos", casi siempre fallidos, para hacer algún dinero y sentirse bien consigo misma. Cada una tuvo un hijo, aunque con la extraña particularidad de que ambas escogieron al mismo donante anónimo de esperma para semejante faena.

Su cotidianidad, ya un poco empantanada en la costumbre, sufre un vuelco cuando Laser (Josh Hutcherson), el chico de 15 años, decide que quiere conocer al hombre que donara el esperma con el que fue engendrado, aunque para ello debe involucrar a su hermana Joni (Mia Wasikowska), que ya tiene los 18 años necesarios para solicitar dicha información. Algo que resulta sumamente conflictivo para las dos madres, ya que pareciera que no son suficientes para sus hijos. Y de hecho así parece ser en verdad, ya que Laser y Joni quedan deslumbrados con la vida de Paul (Mark Ruffalo), esa especie de "padre buena onda" que además es dueño de un huerto de productos orgánicos, de un restaurante que goza de un éxito ascendente, de una linda motocicleta, y de una vida de soltero sin complicaciones, con todo lo que ello implica.
Sin embargo, la relación con Paul comienza a enredarse cuando Jules, tras ser contratada por él para arreglar su jardín (labor que ella misma no parece tomar muy en serio), decide dejarse arrastrar hacia una aventura heterosexual que la hará cuestionarse acerca del futuro de su unión con Nic y del propio concepto de familia, ya que parecerá que Paul busca apropiarse de "sus hijos" y de la propia Jules, con consecuencias no muy agradables para ellos, que ya comenzaban a considerar a Paul como un integrante más de la familia, pero sobre todo para Nic, que no está dispuesta a ceder la tranquilidad de su vida a un advenedizo como Paul, por más que tenga innegables vínculos con sus hijos.

En un principio, Los chicos están bien (The Kids Are All Right, 2010), parece un film muy propositivo por parte de Lisa Cholodenko, en especial por abordarse un tema poco común en el cine como es la vida de un par de lesbianas y la relación que guardan con sus hijos heterosexuales; sin embargo, el triángulo amoroso, vértice de la historia, resulta sumamente predecible, y la manera bastante facilona de cortar las amarras con Paul, la vuelven una película que no trascenderá más allá de su propia anécdota y del par de horas necesarias para contemplarla.