jueves, 25 de noviembre de 2010

Conocerás al hombre de tus sueños (You Will Meet a Tall Dark Stranger), de Woody Allen


Parece tarea imposible decir algo nuevo en una historia de amor. Y Woody Allen lo sabe, por eso en Conocerás al hombre de tus sueños (You Will Meet a Tall Dark Stranger, 2010) utiliza una serie de lugares comunes amorosos para estructurar una divertida y cruel historia sobre dos matrimonios que navegan directamente hacia el fracaso, no sólo de sus relaciones, sino de sus existencias como individuos, y que además adereza con una frase ambigua como ésta: “una historia de sonido y furia que al final no significa nada”.

Por un lado tenemos a Helena (Gemma Jones) y Alfie (Anthony Hopkins), maduro matrimonio que, viciado ya por los defectos que han tenido que soportar mutuamente durante cuatro décadas, se separan cuando Alfie de pronto siente que la vejez lo acecha y entonces va en busca de una juventud que ha quedado rezagada en su vida desde hace tiempo. Así, se casará con Charmaine (Lucy Punch), una ex prostituta que dará un nuevo significado a la vieja frase de “cumplir los caprichos de una mujer”, mientras que Helena, tras coquetear con una honda depresión, se pondrá en las manos de Cristal (Pauline Collins), una dudosa adivina que se apropiará de los hilos de su vida hasta hacer parecer que todo lo que sucede con Helena y quienes la rodean ya estaba profetizado en el libro del destino.

Por otro lado tenemos a Sally (Naomi Watts), hija de Helena y Alfie, y casada con Roy (Josh Brolin), un escritor fracasado que busca quitarse el estigma de haber publicado una primera novela muy buena para después dedicarse concienzudamente a escribir obras mediocres. Ambos viven en un departamento financiado por Helena, con lo que tienen constantes disputas porque Roy se dedica a no hacer nada, salvo a esperar cada vez más irritado el dictamen de su último texto y a espiar por la ventana a la bella vecina (Freida Pinto), quien poco a poco caerá en el seductor embrujo de Roy. Sally comienza a trabajar en una galería de arte y de inmediato se enamorará de su jefe Greg (Antonio Banderas), con quien cree ver signos de una nueva y fascinante vida. Fastidiados el uno del otro, Sally y Roy se separan y todo parece indicar que será para bien, en especial cuando Sally concibe la idea de iniciar su propia galería con dinero de su madre y Roy roba la fulgurante novela de un amigo que cree muerto en un accidente. Sin embargo, la vida les tendrá preparadas varias sorpresas no muy agradables, con lo que la oscuridad será lo único seguro en los días por venir.

El hecho de que ambas historias se trencen constante, y por decirlo así, rizomáticamente, hace que el ritmo del filme permanezca en niveles altos de tensión, con lo que espectador se mantiene fiel al transcurso de los acontecimientos sin apenas percatarse en ello. Y la risa, ese bendito elemento que no todos saben producir, saldrá desde lo más profundo de las entrañas con la naturalidad de un riachuelo, lo cual hará que los 98 minutos que dura la película se pasen en un suspiro bastante entrañable.