jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Dónde estás, hermano? (O Brother, Where Art Thou?

Una extraña lectura de La Odisea, el poema épico de Homero, se nos muestra a través de las aventuras de tres presos que escapan de su condena a trabajos forzados para ir en busca de un tesoro inexistente a lo largo del Misisipi de la década de 1930. Ulysses Everett McGill (George Clooney) es lo más cercano a un líder del desaliñado grupo, y al igual que el Ulises homérico, es astuto, galán y un tanto desbocado en el verbo; Delmar O’Donnell (Tim Blake Nelson) asombra por su ingenuidad y su gran sentido de la amistad; mientras que Pete Hogwallop (John Turturro), instintivo y con una gota de sangre traidora corriendo por sus venas, es la contraparte de Everett.


Juntos encontrarán a un viejo ciego que profetizará sus destinos; escaparán varias veces de un sheriff malévolo de gafas oscuras escoltado por un viejo sabueso; se bautizarán en un río, al menos Delmar y Pete, para el perdón de todos sus pecados, y aún chorreando agua grabarán, bajo el nombre de The Soggy Bottom Boys (Los Traseros Empapados), la exitosa canción “Man of Constant Sorrow” con un joven negro que asegura haber vendido su alma al diablo para tocar la guitarra como las divinidades; conocerán a un ladrón que asalta bancos con la velocidad de los remolinos; caerán ante los irresistibles cantos de tres bellas mujeres-sirenas; un tuerto vendedor de Biblias los engañará, les dará una paliza y les robará todo su dinero; hasta que finalmente llegarán a un destino en el que no habrá ningún tesoro, salvo el que la propia amistad brinda a manos llenas, y una Penélope que esperará a su esposo sin la fidelidad y la paciencia proverbiales del poema antiguo.


Con ¿Dónde estás, hermano? (O Brother, Where Art Thou?), del año 2000, los hermanos Joel y Ethan Coen llegan a uno de los puntos más altos de su carrera cinematográfica, ya que las constantes sátiras a la sociedad norteamericana (basta con ver la escenografía y canto que efectúan en el rito Ku Klux Klan), el color del habla de los habitantes de Misisipi, y la parodia al propio poema de Homero, hacen de esta película una obra maestra en su género. Imperdible para los amantes del séptimo arte.