sábado, 14 de agosto de 2010

Metropia, dirigida por Tarik Saleh


Año 2024. El mundo sufre una irreversible carestía de petróleo, lo que ha llevado a un colapso en todos los mercados económicos del mundo y a que las personas comunes y corrientes, conectadas irremediablemente al colapso, sufran su miseria de forma casi completamente aislada. El Grupo Trexx, una inmensa corporación, ha conectado las diversas redes de metro de todos los países europeos en una gigantesca red continental llamada El Metro, bajo el lema de que sólo la paz y la movilidad sacarán a Europa del colapso. De esta forma es posible desplazarse de, por ejemplo, París a Estocolmo en apenas 45 minutos.

Roger (voz de Vincent Gallo) es un anónimo trabajador de un Call Center que todo el tiempo sospecha conspiraciones contra él. Cree que en su trabajo lo vigilan, suele desplazarse en bicicleta (lo cual es ilegal) a través de la gris ciudad de Estocolmo, en la que es posible ver las calles y avenidas como un inmenso cementerio de automóviles, ya que cree que algo raro sucede con El Metro, y también piensa que Anna (voz de Sofia Helin), la mujer con la que vive y que difícilmente logra despertarle la sensualidad, podría serle infiel con Karl (voz de Shanti Roney), un finlandés aficionado a las rastas. Un día se encuentra con que alguien ha tenido a bien arruinarle su vehículo y no le quedará más remedio que viajar en El Metro, con lo que de inmediato comenzará a escuchar una voz que ya no lo dejará en paz, debido a que conoce cada pensamiento suyo y lo instiga a comprar ciertos productos. Un tanto asustado en un principio, decide no hacer caso a la voz hasta que de pronto encuentra a Nina (voz de Juliette Lewis), la bellísima modelo que anuncia Dangst, el azuloso champú que utilizan todos los ciudadanos en Europa, incluido absurdamente él mismo, pese a estar rapado. Decide seguirla en los vagones de El Metro a través de buena parte de Europa, arrobado quizá por su misteriosa belleza.

Al cabo de un rato ella se da cuenta y como quien no quiere la cosa, le pregunta si ha escuchado alguna voz extraña en su cabeza. Cosa que él niega instigado por la propia voz. Pero pronto Roger se dará cuenta de que está en medio de una conspiración de tintes internacionales, ya que la voz en su cabeza pertenece a un hombre real que monitorea su vida a través de minúsculos transmisores que se incrustan en su cerebro mediante el champú Dangst, lo cual es usado por el Grupo Trexx para vigilar su comportamiento y asegurarse de que seguirá siendo un consumista de los bienes y servicios que ofrecen sin cesar. A su vez, Nina resultará ser la hija del magnate del negocio detrás de todo esto y, con la ayuda de Roger, buscará destruir los malévolos métodos de su padre y quedarse con el control absoluto del Grupo Trexx, con lo que comenzará una nueva era acaso más “humana” en la desolada Europa.

Los fanáticos de los filmes de ciencia ficción seguramente tendrán sentimientos encontrados con Metropia (una coproducción de Noruega, Dinamarca y Suecia), del director sueco-egipcio Tarik Saleh, ya que por un lado, el aspecto visual de la película (la animación, la constante opresión de los escenarios apocalípticos, los elementos pesadillescos) obra del director de arte Martin Hultman es verdaderamente deslumbrante; sin embargo, la historia muestra insoslayables carencias por su falta de originalidad (es imposible no ver allí una muy marcada influencia de Orwell, Kafka y Huxley), ya que aunque empieza prometedoramente con un escenario no tan lejano de la actualidad, conforme la cinta avanza quedan muchos cabos sueltos debido a la complejidad de la trama, o de plano se dirige hacia previsibles desenlaces que dan la impresión de no haberse sabido resolver desde el guión. Cabe destacar, sin embargo, algunos guiños irónicos, como el diabólico programa de concursos en el que participan sólo migrantes de países pobres, quienes deben decir en menos de 30 palabras por qué les gustaría permanecer en esa Europa decadente, so pena de ser expulsados, de manera literal, hacia los aires. Al final y pese a todo, Metropia es una opción “decente” para quien busca un cine distinto.