martes, 20 de julio de 2010

Vicky Cristina Barcelona


Dos jóvenes mujeres estadounidenses arriban a Barcelona para pasar el verano. Aunque son amigas, no podían ser más distintas: Vicky (Rebecca Hall), es una mujer que está a punto de casarse, practica la sensatez, es centrada y racional, perfectamente sabedora de lo que quiere en la vida; Cristina (Scarlett Johansson), es en cambio una exploradora de la pasión, aunque siempre está consciente de los reveses que habrá en los terrenos sentimentales y emocionales, una mujer que se entrega sin cuestionamientos a un determinado deseo, hasta que le llega una señal que le avisa que ya no está conforme consigo misma, y entonces indudablemente cambia por completo el rumbo de su vida.

En Barcelona ambas conocen a Juan Antonio (Javier Bardem), un pintor sumergido en la vida bohemia quien, sin la menor ambigüedad, les propondrá un fin de semana en Oviedo, con todo lo que ello implique. Vicky se resistirá con argumentos racionales a los encantos de Juan Antonio, aunque finalmente sucumbirá, al punto de dudar de todo lo que había creído hasta entonces. Cristina, como era de esperar, se dejará llevar por sus deseos desde el principio: se muda con Juan Antonio, e incluso servirá como el elemento que mantendrá un sensual equlibrio entre ella, Juan Antonio y la inesperada y conflictiva exmujer de éste: María Elena (Penélope Cruz); hasta que de pronto decide que ya no quiere seguir así y rompe con ellos, desmoronando también el equilibrio logrado.

Vicky Cristina Barcelona está formada por una serie de enredos amorosos que ponen en tela de juicio, de una manera socarrona, como acostumbra Woody Allen en su películas, los típicos sueños americanos, la importancia de la "estabilidad económica y social" ante el valor de atreverse a perpetrar ciertas aventuras, a sabiendas de que acaso no siempre se puede salir ileso de ellas.