miércoles, 18 de noviembre de 2009

Requiem por un sueño (Requiem for a dream)

Requiem por un sueño (Requiem for a dream) narra de manera vertiginosa la vida de Sara Goldfarb (Ellen Burstyn), una viuda que acaricia el sueño de bajar de peso con tal de entrar en su vestido rojo y así poder salir en un infame programa de televisión luciendo fenomenal; su hijo Harry Goldfarb (Jared Leto), un adicto a la heroína que tiene el sueño de iniciar un negocio de modas junto con su novia Marion Silver (Jennifer Connelly) quien, además de ser también adicta a la heroína, es la hija de una familia pudiente; y el amigo de estos últimos, Tyrone C. Love (Marlon Wayans), que sueña con salir de su marginal vida en las calles de Nueva York.

La película está compuesta por tres partes: Verano, Otoño e Invierno, siendo el Verano la parte en la que se da la apariencia de que todo irá bien a los protagonistas. Sin embargo, todos los acontecimientos comienzan a ir en declive a partir del Otoño: Sara comienza a obsesionarse con la cuestión de su peso, al grado que se hace adicta a las anfetaminas; Harry y Marion se hunden en una serie de problemas banales que sin embargo adquieren proporciones exageradas debido a su adicción cada vez más profunda a la heroína y a la súbita carencia de ésta en el mercado; y Tyrone, de haber sido ascendido a dealer con más reponsabilidades, de pronto termina en la cárcel por haber salido enredado en una balacera entre narcotraficantes, aunque con los ahorros logrados en los tiempos de prosperidad, Harry paga la fianza de su amigo. Para el Invierno, los problemas de los protagonistas alcanzan el climax: Sara está a punto de enloquecer por la mezcla de su obsesión por el programa de televisión y el consumo desenfrenado de anfetaminas; Harry tiene una espantosa infección en el brazo en el que suele inyectarse hasta que es necesario amputárselo en el hospital de la cárcel, Marion termina prostituyéndose para costear su adicción y a Tyron le espera un largo tiempo de trabajos forzados en la cárcel.

El ritmo visual de la película de Aronofsky hace que el espectador experimente, en menos de dos horas, los altibajos que producen los sueños vanos de los protagonistas y el terrible y crudo despertar a la realidad que sufre cada uno de ellos.