domingo, 1 de noviembre de 2009

Luna amarga (Bitter Moon)


Fiona y Nigel son un matrimonio perfectamente inglés que busca pasar una tranquila luna de miel en la India. Para ello se embarcan en un crucero en el que no tardan en advertir a una bellísima mujer francesa: Mimi, la cual cautiva de inmediato a Nigel. Esa misma noche, Nigel la vuelve a ver mientras ella baila sola en el bar. No tardará en enterarse de que Mimi en realidad es la esposa de Oscar, un pseudo-escritor estadounidense que anda en silla de ruedas, y que disfruta de ser políticamente incorrecto a cada momento, incluso con el propio Nigel, acostumbrado a ser flemático en cualquier situación. Dos parejas diametralmente opuestas destinadas a atraerse. Oscar se da cuenta en seguida de que Nigel está deslumbrado con Mimi, y un poco socarronamente comienza a contarle su extraña historia juntos, desde que la conoce en un autobús y la “salva” del inspector de billetes, hasta que comienzan a vivir juntos y su relación se va pervirtiendo en todos los sentidos, incluyendo el sexual, ya que llegan a poner en práctica costumbres fetichistas y masoquistas.

Nigel, pese a su solemnidad, no consigue rehuir a la historia que le cuenta Oscar, fascinado acaso por la subrepticia sordidez de ésta, aunque secretamente lo considera un tipo detestable. Es así que las escenas pasan del crucero que a veces atraviesa por aguas tormentosas en las que Fiona no deja de vomitar, a los flashbacks de Oscar, en los que la historia toma un cariz de fastidio, porque pasado un tiempo, Oscar y Mimi comienzan a perder el ardor en su relación, hasta que finalmente se torna bastante convencional. Cuando Oscar se cansa de la situación, intenta romper con Mimi; sin embargo, ella cree que el mundo se volverá un abismo y le ruega que permanezcan juntos a cualquier costo, con lo que el fastidio degenerará en sadismo, porque poco a poco Oscar, al no poder librarse de ella por las buenas, la maltratará psicológicamente hasta que ella perderá su autoestima con tal de complacerlo en cualquier capricho. Incluso llegará a embarazarse para atarlo, pero él la obligará a abortar, aunque después la “compensará” con unas vacaciones a la Martinica. Sin embargo, en el último momento Oscar abandonará a Mimi en el avión y disfrutará por fin de su libertad por un par de años. Entonces dará rienda suelta a su pasión por la mujeres, y follará con casi cualquiera que se encuentre en la calle, en el supermercado, en todas partes. Su vida será totalmente noctámbula y consagrada al libertinaje, y en una de esas madrugadas en las que consigue un par de bellezas para retozar en su departamento, es atropellado por un auto.

Cuando está convaleciente, con algunos huesos rotos, pero nada de mucho cuidado, Mimi regresa a París directamente al hospital y le asegura que ella se hará cargo de cuidarlo. Y comienza por tirarlo violentamente de la cama, con lo que Oscar quedará con las piernas inmovilizadas por el resto de sus días. Es así que la venganza de Mimi consiste en hacerlo sentir inferior a una mierda: lleva hombres al departamento para que la follen mientras Oscar observa; lo deja abandonado en la silla de ruedas mientras ella se va de fiesta; o en la bañera en tanto que ella realiza coquetas llamadas de teléfono; en fin, todo lo que ella cree que Oscar merece por haberla hecho sufrir tanto. Y un día finalmente se casan, con lo que estarán juntos hasta que la muerte los separe… Así termina la historia de Oscar.

Ahora bien, en el barco, Fiona se da cuenta de que Nigel busca constantemente a Mimi y se las arregla para darle celos con un italiano un tanto gigoló. Y en la noche de año nuevo, al calor de las copas, se pone a bailar lésbicamente con Mimi, para estupefacción de Nigel, que se encierra en su camarote desconsolado, con una botella para él solo. Cuando despierta, sólo quedan los resabios de la fiesta y se da cuenta de que Fiona no ha llegado a dormir. La busca en el camarote de Oscar y la encuentra dormida, desnuda y entrelazada con Mimi. Oscar le cuenta la memorable escena de la que fue testigo, con lo que provoca la rabia de Nigel. Y antes de que éste pueda propinarle la paliza que tanto desea, Oscar le apunta con una pistola. En un segundo todo se precipita a las cenizas: Oscar le dispara varias veces a Mimi y acto seguido se coloca el cañón en la boca… y dispara, liberándose al fin del yugo al que ella lo tenía sometido.

Luna amarga (Bitter Moon) es una pieza magistral de Roman Polanski, quien además logró sacarle a Hugh Grant una de las actuaciones más memorables que yo recuerde, aunque él después se encargaría de desbarrancarse en una serie de “chistosas” comedias románticas. Asimismo, los papeles de Peter Coyote como Oscar, y Emmanuelle Seigner como Mimi, serán difíciles de olvidar para quien se atreva a retratar las obsesiones que subyacen en algunas relaciones de pareja.