sábado, 5 de septiembre de 2009

Trainspotting, dirigida por Danny Boyle

Mark Renton es un adicto a la heroína que busca rehabilitarse. Y para lograrlo, apareja todo lo necesario: un cuarto del que no pueda salir, música tranquila, comida enlatada, películas, pornografía, 3 baldes (uno para cagar, uno para orinar y uno para vomitar), una televisión, una caja de valium e incluso un par de supositorios de opio, para evitar el terrible síndrome de abstinencia. Sin embargo no es nada fácil, sobre todo si uno de sus "amigos", Sick Boy, deja la heroína al mismo tiempo que él, sin un esfuerzo aparente, sólo para desvalorizar su lucha. Y así, mientras consigue mantenerse alejado de la droga, nos va mostrando el grupo de amigos con el que interactúa: Spud, un adicto también, pero que no hace daño a nadie; Begbie un buscapleitos adicto, no a la heroína, sino a joder a la gente; Tommy, quien tampoco se inyecta, ni miente, ni engaña, y ésos precisamente son sus mayores defectos; Allison, madre de la pequeña Dawn, amante de casi todo el grupo y también adicta; Swanney, el dealer local y también adicto; y el mencionado Sick Boy, quien además de saberlo todo acerca de Sean Conery, será un futuro traficante y proxeneta.

Un día, mientras Mark está en el departamento de Tommy, le sustrae un video en el que el propio Tommy tiene sexo con su novia Lizzy, lo cual desencadenará la lenta e inexpugnable perdición de su amigo. Durante una fiesta, conoce a Diane, con quien tendrá una noche de sexo salvaje y apasionado, aunque más tarde descubrirá, no sin consternación, que es apenas una adolescente. Pero Mark no tardará en recaer en la adicción, y además perpetrará los consabidos delitos de quienes siempre quieren más: falsificará recetas, robará dinero, objetos y medicamentos a enfermos de cáncer y sida, a ancianos, y por supuesto, cada que pueda desaparecerá dinero a sus propios padres, todo con tal de seguir solventando la ilusión de “felicidad" que le provoca la droga. Y en medio de esa recaída, Tommy, deprimido por el abandono de Lizzy, le pide que lo introduzca al mundo de la heroína, ya que siempre le han dicho que es mil veces mejor que el sexo.

Una tarde, unos gritos los sobresaltan en medio de un viaje. Es Allison, que va de un cuarto a otro presa de la locura. Atontados todos al principio, pronto se dan cuenta de que Dawn ha muerto de hambre, descuidada en su cuna por no se sabe cuánto tiempo. Y después de eso parecen no tocar fondo, porque cada vez roban y joden más a la gente, hasta que finalmente son apresados por la policía. Spud da con sus huesos a la carcel durante 6 meses, y a Mark, debido a que está en tratamiento, recibe la oprtunidad de rehabilitarse. Sin embargo, apenas queda libre del juicio, escapa al piso de Swanney para tomar un "abundante platillo" de heroína. Pero a Swanney se le pasa la mano y Mark por poco muere de una sobredosis: lo abandona en el hospital para que lo revivan, con lo que empezará el infierno de la abstinencia, ya que sus padres lo encerrarán en su habitación hasta que logre recobrar el juicio. Y así sufrirá horrendas alucinaciones, siendo la más espeluznante aquella en la que el cadáver de Dawn gatea en el techo y mira con sus cuencas vacías al aterrado Mark.

Después de eso, instado por Diane, Mark logra integrarse al mundo cuando consigue un empleo en Londres. Y todo parece que seguirá por un sendero menos complicado. Pero de pronto Begbie, huyendo de la policía, aparecerá en su vida. Tendrá que soportarlo en su propio departamento durante varios días, y aparecerá también Sick Boy, y los mantendrá a ambos hasta que todo se viene abajo. Y regresará a Edimburgo porque además se entera de la muerte de Tommy. Después del funeral, Sick Boy, Begbie y Spud le proponen un gran negocio con heroína. Renuente en un principio, Mark termina por aceptar. Venden casi dos kilogramos de heroína a unos traficantes en Londres, con lo que reciben 16 mil libras esterlinas. Y cuando están celebrando, Mark tiene la tentación de llevarse los 16 mil y huir con Spud, acaso el único que podría valer la pena del grupo, pero un nuevo pleito provocado por Begbie, en el cual incluso lo humilla, hace que retrase su propósito hasta que todos estén dormidos.

Y así se lleva la bolsa con el dinero para empezar una nueva vida, alejado para siempre de la basura que parece no dejar de perseguirlo, pero antes deja un fajo de billetes a Spud, el único testigo de la traición aunque también su amigo…

Trainspotting, está basada en la novela de Irvine Welsh (quien además aparece en la película como Mikey Forrester, un arredrado dealer que vive sólo con un colchón) y fue una película de culto en la década de 1990 por la originalidad visual y el tema de la drogadicción, tratado de forma cruda, sin moralismos baratos y con un ritmo visual nunca antes visto hasta entonces.