lunes, 24 de agosto de 2009

OLDBOY

Después de una borrachera que termina en la cárcel, el locuaz y charlatán Oh Dae-su ha sido secuestrado. De pronto aparecerá en una especie de cuarto de hotel con todo y televisión, en el que le dan de comer y cada tanto lo rocían con valium en gas, con lo que siempre se queda dormido. A veces pregunta y grita y maldice porque no sabe los motivos de su encierro. Un año más tarde, se entera por la televisión de que es el principal sospechoso del asesinato de su propia esposa. Según la policía, sus huellas estaban en diversos objetos del lugar del crimen. Por supuesto, tampoco de su hija habrá más noticias en adelante.

Entonces decide escribir una especie de diario con el fin de averiguar entre sus recuerdos a quién podía haberle ocasionado un mal semejante, como para tener que sufrir esa clase de encierro. Hace esfuerzos supremos para no perder la razón, entrena su cuerpo con peleas contra la pared para cuando tenga oportunidad de vengarse, y comienza a rascar un agujero lenta, pero tenazmente, en uno de los muros de su prisión. Sin embargo, sus captores le lanzan la ironía de que, cuando finalmente logra aflojar un tabique y sentir el aire y la lluvia del exterior en su mano, después de tantos años; es decir, cuando está a un paso de escapar, lo dejan en "libertad" al otro día, en la azotea de un edificio.

Han pasado 15 años y Oh Dae-su es un hombre distinto: prematuramente envejecido, adusto, sin la charlatanería de antes, y está en una ciudad que ya no le es familiar. Cuando mira a través de la vitrina de un restaurante, presa del hambre, un viejo le da un teléfono celular y una cartera preñada de dinero. Decide entrar a comer lo que le sirve una hermosa chef y de pronto recibe una llamada que lo invita a descubrir el por qué de su encierro en sólo 5 días. Se desvanece. Despierta en la casa de Mi-do, la chef del restaurante donde comía, y mientras Oh Dae-su permanecía inconsciente, la chica ha leído su diario, con lo que se entera de lo sufrido por él y decide a ayudarlo a esclarecer los hechos de su pasado. Poco a poco se convertirán en amantes, aunque Mi-do es mucho más joven que Oh Dae-su. Comienza una búsqueda llena de pistas falsas y flashbacks que se sitúan en la adolescencia de Oh Dae-su, cuando espía a Lee Woo-jin, quien está a punto de tener una escena de incesto con su propia hermana en una aula escolar. Ellos se dan cuenta de que han sido vistos y no logran consumar el acto sexual, sin embargo, Oh Dae-su hace gala de su charlatanería y vierte un chisme en los oídos de la gente en el que dice que Lee Woo-jin dejó embarazada a su hermana, orillándola (sin saberlo o sin darle mucha importancia) al oprobio y la desesperación, y poco después al suicidio, con lo que Lee Woo-jin jura vengarse de él.

Ahora bien, cuando Oh Dae-su logra saber lo anterior y se percata de que su encierro ha sido de alguna manera “justo”, Lee Woo-jin le hace descubrir una cosa adicional: todo ha estado planeado tan minuciosamente por él que, Mi-do, además de ser su amante, también es su propia hija. Oh Dae-su pierde la razón y se humilla y le dice que será su esclavo para siempre, todo con tal de que no le diga la verdad a Mi-do. Así, presa de la desesperación por su destino edípico, decide cortarse la lengua, causante de toda aquella cadena de calamidades. Al contemplar lo anterior, Lee Woo-jin se compadece y lo deja libre, sin decir a Mi-do que su amante es también su padre. Y después simplemente se suicida de un balazo en la sien, al darse cuenta de que ya no odia a Oh Dae-su y que por tanto ha perdido la razón que lo mantenía atado a la vida. Oh Dae-su decide entonces someterse a una sesión de hipnosis en la que olvidará que es el padre de Mi-do y tratará de enmendar la vida de ambos a través del amor.

Old Boy (2003), de una extraña y deslumbrante manufactura (lo cual le ha valido varios premios, entre ellos el Gran Premio del Jurado del festival de cine de Cannes de 2004), es la segunda parte de la famosa “Trilogía de la venganza” del sudcoreano Park Chan-wook, cuya historia está basada en el exitoso manga japonés del mismo nombre escrito por Nobuaki Minegishi y Garon Tsuchiya. Es una película llena de abismos alrededor del tema de la venganza, de escenas casi míticas, como la pelea que emprende Oh Dae-su en un pasillo contra los hombres que lo habían mantenido encerrado, armado tan sólo con un martillo, o el enfrentamiento que al final sostienen Oh Dae-su (Choi Min-sik) y el propio Lee Woo-jin (Yu Ji-tae); y pese a la implacable violencia que muestra en ciertas partes, no se estanca tan sólo en un aire trágico o de frialdad típica de las películas de violencia, sino que se reinventa a cada momento, y es capaz de dar lugar incluso al humor negro y la ternura de forma casi simultánea.