jueves, 6 de agosto de 2009

Almost famous (Casi famosos)


William Miller es un adolescente de quince años bastante fuera de lo común. Su madre lo ha adelantado en sus cursos escolares para que “tome ventaja” de sus compañeros, quienes por supuesto se burlan de su escaso desarrollo físico, pero al mismo tiempo influye para que la mente de William presente un fulgurante desarrollo como escritor, actividad sobre todo relacionada con una pasión legada en los abundantes discos de su hermana: el rock. Después de un concierto de Black Sabbath, a cuyo backstage logra colarse gracias al aún desconocido grupo Stillwater, escribe un reportaje con el que conseguirá que le otorguen una colaboración para la revista Rolling Stone. Y así, con todos los gastos pagados por la revista, habrá de acompañar a los propios integrantes de Stillwater en una gira por los Estados Unidos, muy a pesar de las naturales objeciones interpuestas por su madre. El objetivo es obtener una entrevista con Russell Hammond, el guitarrista y lider de la banda, propósito que será pospuesto en todo momento hasta la llegada, varias semanas más tarde, a New York con prometedoras expectativas. De esa forma será testigo de las exóticas costumbres de una banda de rock, de las rencillas internas, de la enloquecida adoración de los fans, del seguimiento de un enjambre de groupies, en fin, de las contradicciones perpretadas por los integrantes, muchas veces llevados a cabo gracias al exceso de ego en varios de ellos, y todo eso servirá para abrir una perspectiva en William en la que, casi sin querer, pasará de la niñez al mundo de los adultos.
Y es que por supuesto, allí estará también el amor (aunque no de forma protagónica, lo cual se agradece), enfocado a la groupie del guitarrista, cuyo verdadero nombre permanecerá oculto durante casi toda la película, ya que ella usará un epítome que inevitablemente recordará en el espectador la tonada de una canción de The Beatles: Penny Lane. Ella no corresponderá al amor que escapa sin cesar de la mirada de William, pero sí le ofrecerá su amistad y una reivindicación cuando él finalmente entrega su reportaje a la redacción de la revista y resulta inesperadamente refutado por los propios miembros de la banda. Y asimismo, los cínicos comentarios de Lester Bangs, especie de gurú de William y otrora crítico de rock, servirán para que el chico no despegue los pies del suelo con falsas expectativas acerca de su propia genialidad, inculcadas por los miembros de Stillwater durante ciertos momentos de la gira.
Almost Famous, (historia un poco autobiográfica, según aseguran algunos) resulta una grata sorpresa en cuanto a su manufactura, ya que Cameron Crowe, de innegables raíces hollywoodenses, logra esquivar satisfactoriamente los lugares comunes que abundan en esta clase de filmes, en las que un adolescente suele ir descubriendo el camino hacia la madurez por medio de clichés sexuales o bromas de dudoso gusto. Las actuaciones de Patrick Fugit, Billy Crudup y Kate Hudson en los roles principales resultan bastante convincentes, y la ambientación de la década de 1970, aunque sin grandes pretenciones, va acompañada de sutiles guiños irónicos. Además, el soundtrack, de por sí muy bien escogido, se entrelaza sin esfuerzos en los momentos más adecuados de la película.