jueves, 26 de febrero de 2009

Irreversible


Alex ha sufrido una violación anal y además ha recibido una horrenda golpiza en un túnel subterráneo, lo que la deja a las puertas de la muerte. Marcus, su novio, y Pierre, su exnovio y amigo de ambos, emprenden una búsqueda del culpable, un tal Le Ténia, por el sórdido mundo del París nocturno; ambos presas, sobre todo Marcus, de un hambre rabiosa de venganza.

Ahora bien, la película del argentino Gaspar Noé, tiene una peculiaridad: está narrada de atrás para adelante; es decir, lo primero que vemos es a un par de viejos charlando y quejándose de los viejos tiempos en alguna habitación miserable, diciendo que "el tiempo lo destruye todo", y poco después, a las puertas de un antro de homosexuales llamado Rectum, la policía saca a Pierre y a Marcus para llevar a éste último al hospital. Se ha cometido un asesinato, y lo increíble de todo es que lo ha perpetrado el pacífico Pierre, justo antes de que violaran al propio Marcus, quien, confundiendo a Le Ténia con otro tipo, inicia una pelea que culmina con ese asesinato. Y así van regresando cronológicamente las escenas: del asesinato a la pelea, a la frenética búsqueda de Le Ténia por las calles de París en plena noche, instigada por un par de tipos que decían conocer al responsable, y de allí, a la brutal violación de Alex, que regresaba un poco malhumorada a casa, después de una fiesta en la que Marcus había estado de impertinente por consumir una explosiva mezcla de cocaína y alcohol, a un día que parecía sí, distinto, pero dentro de la normalidad, porque Alex acababa de darse cuenta de que estaba embarazada de Marcus después del desayuno y de haber contado a éste un extraño sueño que había tenido. Y todo finaliza –y comienza– en una toma en la que Alex descansa idílicamente en un prado, con varias voces de niños como música de fondo.

Irreversible causó mucha polémica en Francia el año de su lanzamiento (2002), por la crudeza de las escenas del asesinato y la violación, al grado de que fue calificada por muchos como una película efectista. Sin embargo, las actuaciones de Monica Bellucci, Vincent Cassel y Albert Dupontel valen mucho la pena, además del ambiente asfixiante que se logra al principio de la película, contrapuesto a lo etéreo del final, que es el principio no de la película, sino de la historia, dando con ello una impresión de tragedia circular.